Escuchar el cuerpo cuando las palabras no alcanzan
Hay momentos en los que sentimos un malestar difícil de describir. Puede ser un nudo en la garganta, una presión en el pecho o una tensión persistente que no sabemos de dónde viene. Otras veces, simplemente aparece una sensación de vacío que nos cuesta poner en palabras. Aunque tratemos de comprender qué nos ocurre desde la mente, a veces esta no tiene las respuestas. Sin embargo, el cuerpo sí. El cuerpo habla cuando las palabras no bastan, y aprender a escucharlo es un acto profund de cuidado y conexión.
La Terapia Corporal Integrativa parte de esta idea: el cuerpo guarda memoria. Registra experiencias pasadas, emociones no expresadas, vivencias que no supimos gestionar en su momento. Muchas de esas cargas se manifiestan a través de síntomas físicos sin causa médica aparente: dolores de cabeza, tensiones musculares, molestias digestivas, insomnio o fatiga crónica. También pueden mostrarse como una desconexión interna, una especie de bloqueo emocional que impide sentir con claridad.
En este enfoque, no se trata únicamente de hablar de lo que te ocurre, sino de acompañarte a sentirlo desde el cuerpo. Trabajamos con la respiración, el movimiento, la atención corporal y la presencia. Se trata de crear un espacio seguro en el que puedas soltar, liberar y reconectar. No hay prisa, ni juicio. Solo presencia y escucha.
A medida que el cuerpo encuentra un lugar donde expresarse sin ser silenciado, empieza a aflojar. Empieza a liberar. Desde ahí, es posible recuperar una forma más auténtica y plena de habitarte.
Si sientes que algo dentro de ti está intentando decirte algo, te invito a que lo exploremos juntas. Puedes reservar una sesión presencial u online. Estoy aquí para acompañarte en ese proceso de reconexión.
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